Es un asunto de huellas, de rastreo, de vacíos y ausencias con forma... no se postula un autor, sino que su sola presencia nos mueve e inquieta... escritas en otro lenguaje ajeno al propio, sólo así se les evoca en justicia y nombrarlas no significa pretenderse dueño...
«Para no acabar haciendo el necio, prefiero no empezar haciendo el listo»
William de Baskerville («El nombre de la Rosa»)
«[…] sin embargo, imaginando órdenes falsos habéis encontrado algo…»
Adso de Melk («El nombre de la Rosa»)
domingo, 29 de julio de 2012
el vacío que estoy si(gui)endo, el vacío que no soy... o parece que Tozan tenía razón
yo: una ausencia, un nombre, unos referentes (los cuales, precisamente porque no tienen nada que ver conmigo, tienen que ver conmigo en esta situación concreta. He ahí la aporía y paradoja, la arbitrariedad y labilidad de mí, lo que soy es gracias a lo que no tiene que ver conmigo, no soy sino esa fisura, ese espacio vacío que entrelaza arbitrariamente -o al menos en parte- un mundo de cuerpos, lenguajes y relaciones... o más aún, ese entrar y salir de él.
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