«Para no acabar haciendo el necio, prefiero no empezar haciendo el listo»
William de Baskerville («El nombre de la Rosa»)
«[…] sin embargo, imaginando órdenes falsos habéis encontrado algo…»
Adso de Melk («El nombre de la Rosa»)

viernes, 10 de diciembre de 2010

Los pesebres del afuera o las Revoluciones del vacío (o cómo la Noche Buena no fue sino una infeliz noche grávida de ruptura y esperanza)

La Shekinah es un acontecimiento de designación, de señalamiento... La tradición judía gira en torno a la designación: apunta hacia una ausencia para hacer notar que ésa, como silencio espacializado, habla, es Palabra, acontecimiento, en resumen, es Presencia. El nombre de Yahveh, carente de imagen visual, encuentra más allá del nombre mismo, en su omisión, en su Silencio creador de vacío -pues crea un vacío conceptual, fonético-, la condición necesaria para mantener su carácter de Promesa y de sello profundo en la memoria del pueblo judío. En otros términos, se trata de lo innombrable capaz de nombrar el sentido de una historia, de un pueblo... En los espacios de ausencia "de Dios", en los que se constata lo innombrable en las víctimas de la injusticia a lo largo de la Historia, o bien en la imposibilidad de nombrar o evocar una bondad o esperanza dentro del mundo presente, resulta que es lo innombrable lo que rescata el cosmos y la humanidad del caos, suscitando un imperativo no constringente, sino por el puro hecho de ser designación de una injusticia que ha de dar lugar a una justicia y reconciliación (Adorno lo mencionaba como nuevo imperativo categórico: "que Auschwitz no se repita").
Es este rasgo provocador y lacerante de la Shekinah el que de manera particular se hace tangible en Jesús de Nazaret. El relato lucano de la infancia de Jesús, complementada por la tradición de la piedad popular -bien plasmada en el arte y en la costumbre del nacimiento- construye dos espacios que, tomados en conjunto, ofrecen una designación del acontecimiento que se estaba dando. La carencia de cualquiera de éstos, significaría la inconsistencia del mensaje mismo. 
El primer espacio es un vacío: no hubo lugar para Jesús. Una plenitud dio lugar a un vacío, provocando un desplazamiento. Lo que la piedad popular ha solido representar como un portal enmarcado por presencias angelicales no es sino una analogía de la misma Arca de la Alianza, lugar privilegiado y originario de la Shekinah, o más específicamente, el espacio vacío entre los ángeles que designaban su presencia en la estructura material del Arca. Sin embargo, el desplazamiento mencionado constituye el segundo espacio. En cuanto desplazamiento es también una forma de vacío o ausencia dinámica. Este segundo espacio tiene como peculiaridad el que exige, según el relato lucano, dirigir la mirada ya no hacia el lugar sagrado o al espacio del templo, sino hacia los lugares de marginación, hacia los que no son sino designación de un vacío en el mundo producido por su plenitud. El acontecimiento del Reino se muestra así como afirmación de lo limitado, lábil y vulnerable como espacios de la Presencia... en vez de mirar al Portal, hay que mirar hacia donde "no hay nadie" o mejor, a donde hay un nadie, un innombrable que es capaz de nombrar, de ordenar, traer sabiduría -la justicia y fidelidad- al mundo... 
Los marginados de la historia, lo vulnerable, finito e "imperfecto" son los que salvan la historia al hacer posible el paso del caos al orden, de la iniquidad a la justicia... su mera existencia es una denuncia, una designación de lo que es y debe-ser diferente, so pena de perderse todo.
Se busca a Jesús en el Portal, en las casas, pero no estará ahí, sino ahí donde "no hay nada", en los lugares de nada, lugares para los "nadie", por eso Herodes no estaba en grado de encontrarlo, lo mismo que ningún ser humano que no esté dispuesto a perder-se, a ser "nada" (Simone Weil) en solidaridad (¿y por qué no? en complicidad) con lo que Jesús solía designar con y como Reino de Dios.

Jesús nace como nadie... y esto da a qué pensar...

"Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos es dada la esperanza"  (Walter Benjamin)

2 comentarios:

  1. ME PARECE UN ABSURDO... ¡Y ME ENCANTA!

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  2. Apertura, inicio, gozo apenas colmado...
    Vacío que obliga al Verbo a nacer en el alma... diría el Maestro Eckhart.
    Saludos

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